lunes, 17 de mayo de 2010




Producción de textos


Sexto año

Giménez Rodríguez Sergio

Ocampo Matías Santiago

Quila Villalobos Iver

Alejo Lina Ofelia Elida

Maidana Daiana Araceli

Pérez María Luz

Salas Cintia Noemí


Septimo año

Cruz Pabro Sebastián

Soruco Juan Sebastián

Sajama Mailen Araceli


El pobre y su hermano mezquino

Había una vez en la Quebrada dos hermanos, uno era rico y mezquino se llamaba Pascual, el otro era pobre y se llamaba Kevin, este siempre salía a pastear sus ovejas un día estaba coqueando y vino un viento fuerte y le hizo tirar sus hojitas de coca, le costó mucho alzar, ya que el viento le llevaba para todos lados. Pero en ese momento apareció el viento bueno y se compadeció y le ayudó y le dijo: Kevin esta noche tendrás un regalo. El regreso a tu casa y se durmió, esa noche, toda la noche corrió un fuerte viento, que quería destechar su casa de barro, el no se levantó, porque el viento bueno le dijo que no mirara.

Cuando despertó al otro día por decir, por que en si no durmió nada. Cuando salió a la puerta, el viento bueno le había traído de regalo: azúcar, harina, coca y muchos alimentos más. Desde ese momento nunca volvió a tener necesidades.

El hermano rico al enterarse de lo que le pasó a su hermano hizo lo mismo, se fue al campo a pastear sus ovejas, el anteriormente nunca había pasteado ovejas pero sacó sus ovejas y se fue, ya cuando estaba sentado en el campo, derramó sus hojas de coca y se hacía que estaba alzando, de repente apareció el viento y le dijo: qué estas haciendo. El respondió – estoy juntando mis hojitas de coca señor. El viento hizo como si se compadeciera y le dijo lo mismo que le había dicho a Kevin. Pascual hizo lo mismo que su hermano, sin fallar nada. Al otro día cuando se levantó encontró muchas bolsas en su puerta el contento fue a abrir, en todos los rincones había bolsas de guano otras de tierra.

Su ambición hizo que el tata viento lo castigara.


Lina



Pamela y sus animales



Una vez hubo una niña llamada Pamela, tenía solo quince añitos, vivía en un pequeño ranchito, al lado de su rancho un corral con sus cabritas y corderitos.

Todos los días se iba al campo, muy contenta, cantando arriando sus animales.

Un día Pamela no fue al campo sus animales treparon los cerros solos, cuando se hizo tarde ella esperaba a sus animales en la puerta del corral, muy preocupada; se hizo noche y los animales no llegaron, Pamela estaba muy preocupada.

Al otro día muy de madrugada Pamela se levanto, salió al campo a buscar a sus cabras y corderitos y los encontró en una mesada comiendo tranquilo, había buen pasto alto y todo verde.

Pamela regresó a su casa muy contenta y feliz, desde ese día nunca más le manda solos a sus cabritas y corderitos.


Cintia



Don Miseria


Dicen que por esto lugares había un hombre que se llamaba Miseria, de profesión, herrero. Ya cansado de la pobreza, ya no tenía que darle de comer a sus hijos, resuelve entregarle el alma al diablo por tres bolsas de plata, ya que los ruegos a Dios no daban resultado. En un plazo de un año el diablo le tenía que venir a llevarlo, por que le dejó para que disfrute de la vida.

Un día se presentó un viejito andrajoso en un caballo bien flaco y cansado.

El herrero le dio hospedaje cuando el viejito se quería ir le dijo al herrero: no se como pagar el favor que me as hecho hijo. No, no es nada dijo el herrero. Bueno hijo pero te daré tres dones; el que se siente en esta silla no se levantará hasta que tu lo ordenes, luego dijo el que suba en esa planta no bajará mientras tu no lo ordenes. Diciendo así se fue. Cuando se cumplió el plazo vino el diablo para llevarlo, el herrero le dijo que espere, que se siente a descansar en la silla y que cuando termine la herradura irá. Pero cuando el diablo se quería levantar no podía, el diablo le pidió por favor que le dejara levantar, así le perdonaría un año más de vida. Y el herrero dejó que se levante. Cuando se cumplió el año otra vez el diablo volvió, don miseria estaba comiendo nueces y le invitó al diablo que se sacara algunos nueces del nogal, pero cuando estaba en el árbol no podía bajar, desesperado le pidió al herrero que le dejara bajar, don miseria de dejó ir pero por un año más de perdón. Así se pasó burlándose del diablo año tras año, pero un día le tocó la hora, se murió Miseria. Dios no le recibió en el cielo porque vendió su alma al diablo. Inmediatamente bajó al purgatorio, pero allí tampoco lo recibieron. Entonces se fue directamente al infierno. Salieron corriendo los diablos con palos en la mano corrieron a cerrar la puerta del infierno. Entonces triste volvió a Dios y le dijo que nadie le quiere recibir. Entonces Dios lo mando a que ande por el mundo, hasta el día de hoy don Miseria sigue recorriendo el mundo.



Daiana.

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